Liarnos con los demás, muchas veces sin necesidad, parece ser por inercia nuestra respuesta a la soledad, sin detenernos a pensar que probablemente esa soledad tenga una razón de ser.
Podríamos evitarnos series de infortunios si tan solo aprendieramos a lidiar con nostros mismos; pero la verdad es que no es la respuesta, no es lo que en realidad queremos, sino todo lo contrario.
Podríamos evitarnos series de infortunios si tan solo aprendieramos a lidiar con nostros mismos; pero la verdad es que no es la respuesta, no es lo que en realidad queremos, sino todo lo contrario.
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