Causal la percepción.
La mente está ocupada en la luz blanca. Esperando.
Descifrando las justas unidades del espacio.
El sistema psicomotriz exigido, y ocupado.
Secuestrado en la sensación.
Con el arma que es la mirada, en el perfil.
El motivo en la invulnerabilidad.
Evidente lo sincero; obsequiados los impulsos.
Sin lucha, sin consciencia, sin culpa.
Exigida la mente; sin descansar, sin usar.
Ya se cruzan la intuición con su intriga.
La banqueta asigna destinos.
Ya a segundos de estar.
Alineados por límites.
La exposición al frío, escuda; y tamiza lo relevante.
Comienza el Fin; llegará de un segundo a otro.
El deseo de entender la relatividad del tiempo.
Iba con esperanza y sin idea. Queriéndolo todo cambiado.
La distinción por la banqueta alienta y provoca.
Erguida ya la mente, vuelve.
Más penetrantes que fijos, más negros que grandes, prometen y traicionan.
Abajo, ya sin claridad se decide.
Arriba, se duda y recuerda.
Lo trivial, lo trascendente.
Más trivial, más trascendente.
Pasando hoja tras hoja; la envidia de una noche así.
Pantalón, bolsa, chaleco, cabello.
Apoyada en la mente, la intuición apenas puede.
Ahora se finca toda salvación en la oscuridad.
Solitud y nada falta.
Entonces, parece todo justo.
Mañana ya no.
Sin balance; sin promesas.
Un paso, suficiente.
Cruzada la banqueta, termina toda esperanza.
Los segundos sobrepasados por el Fin.
1 comentario:
me llenan los pulmones de energia!!!
Yepez que buen escrito!!!
Necesito expresarme pero encuentro en tus letras, algo muy flechador!!!
cuideseee!!!
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