No los usas a la cadera, no son ajustados. No veo campanas y tampoco hay bisutería. Extrañamente los talones están intactos. No hay pliegues reforzados con un cambio de tono. ¿Son 528, 29? Descoloridos y gastados; por el uso y no por la conveniencia. Los entiendes como medio, y el fin mientras te observo, es ese molesto desdén con que los usas. Son todo lo que hoy nada es, son diferentes. Y son como los míos; no puedo dejar de mirar. Lo haces y no sabes: es un reflejo de quien eres, es una extensión de ti. El pantalón dice más que tu articulación del lenguaje y tu extraña sonrisa. Lo encantador -para ti- es lo extraño de saber esto. Con estos ojos veo y, he visto quien eres.
(Que bueno que no se lo dije).
1 comentario:
Aww, yo digo que si se lo hubieras dicho!! Pero bueno, ya será para la próxima.
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