Ya no entiendo este afán de nosotros como personas por defender estás cosas que nos gustan (u ofendernos si a los demás no les parecen igual de buenas o importantes) como si nosotros mismos las hubiéramos hecho, como si el creer que nuestros gustos son mejores que los del vecino nos diera una especie de superioridad moral, o alguna imbecilidad del calibre.
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