jueves, 29 de diciembre de 2011

Aunque creo ser un hombre de metáforas y símbolismo, soy más ahora uno de urgencias. Adelantar entonces la resolución de año nuevo: andar, desde ya, en piloto automático.

viernes, 23 de diciembre de 2011

Rastros de la suerte

Álvaro Enrigue cuenta que mientras esperaba su primer hijo, a los 25 años, no tenía dinero para pagar "el hospital y los gastos que eso implica". Y que a esa edad en que "uno piensa que sólo se trata de competir y uno gana, escribí una novela para ganarme un premio; para ganarme un dinerito para poder pagar los gastos del parto del bebé". "Fue por eso que la escribí; y por eso que la terminé", dice. La novela es la relevante La muerte de un instalador y en 1996 ganó el premio primera novela de la editorial Joaquín Mortiz. Acaso lo que se precisa para hacer una obra decente es el apremio de la vida misma; acaso el líquido amniótico de la falta de responsabilidades reales (de ese nivel de realidad que sólo toleran los ingenieros y doctores, como escribió su hermano) hace que produzcamos puros infantiles berrinches que a falta de crítica damos en llamar obra o arte. Pero también es cierto que todos somos distintos y cada quien tiene su eficaz acicate.
Alguna vez, mientras Álvaro le dedicaba Hipotermia a Pablo -que le di el día de su último cumpleaños-, platicamos de Pitol y la habilidad de éste para inesperadamente aparecerse a tu lado. (Sea para recibir el Cervantes de la mano del rey de España en el caso de Enrigue; para mirarte fijamente desde su automóvil en la esquina de Av. Oaxaca y Saltillo, en el mío.) Escuchaba a Enrigue y pensé que a lo más que podría aspirar -y conformarme con ello-, era a algún día ser menos como él y más como su hermano: diseñador industrial, aficionado al Barça y con un copiosa, pop e intrascendente producción literaria; con unos todavía más mediocres pero escasos poemas. Alejado de la elegancia, la literatura y el cinismo.



lunes, 19 de diciembre de 2011

Asciende

Desafiar al dios

Ya lo había escrito acá, y lo he repetido hasta el fastidio de mis interlocutores: el Barcelona es más peligroso cuando la pelota va hacia atrás que cuando va hacia adelante. Cuando la tiran entre el círculo central y el área de sus rivales, se echa a andar el mecanismo y la jugada acabará o en gol, o en un dulce para la memoria colectiva. También he dicho que no existe defensa ni delantera en el Barça; bueno quizás sí hay uno: Valdés. ¿Pero delanteros? Eto'o, Ibrahimovic, Villa, Bojan... extintos. Xavi anota casi tanto como Villa y como dice la voz en off de Guardiola en el comercial Som un de Nike: "Somos atacantes que defienden. Somos defensas que atacan".  Todo el campo es el medio campo; y ayer que se coronaron campeones del mundo luego de violar al Santos, decía el entrenador de los paulistas: "Han inventado un nuevo sistema: 3-7-0". Las ideas que tengo sobre el sistema de juego del Barcelona son más una obvia evidencia para quien mira futbol, que una sagaz observación de mi más bien precaria inteligencia.
Mejor dicho, por José Sámano.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

domingo, 11 de diciembre de 2011

El Barcelona es, no hay duda alguna, el mejor y más plástico equipo que nos tocará ver a esta generación. A la mejor versión del Madrid, desde los galácticos, le pasó por encima, y por mucho. No se puede comparar a Cristiano con Messi, el 10 es infinitamente superior; es como Cruyff, Pelé, Maradona y ya. El portugués es como Baggio o Henry o Van Basten.  Y la homérica e inconmensurable bestialidad olímpica de Andrés Iniesta. Es una puta joya el partido que se mandó ayer; hizo mierda a Lass, Coentrao y Khedira. Es el que más cerca está, en trascendencia, de Lio.

sábado, 10 de diciembre de 2011

"Tengo la suerte de hacer lo que más me gusta, de estar bien pagado. Y lo valoro. Pero no vivo ajeno a los demás. Alguien se preguntará de qué hablo, dirá que soy un privilegiado. Pero me afecta ver a familiares que lo pasan mal, amigos, la gente de la calle... No vivo en otro mundo. No puedo ser ajeno a lo que está pasando. Es una sensación generalizada la preocupación del adónde vamos, qué mundo van a tener nuestros hijos. No sé..., tengo la sensación de que antes no era igual, que las perspectivas eran mejores."


Andrés Iniesta.
Por mucho la aportación mas valiosa –en mi opinión– venida del pseudoblog sopitas.com:

E inolvidable

En lo personal, de toda la obra de Juan Gabriel, 'Amor Eterno' me parece el punto mas alto de su carrera. Me parece tan brillante que se me dificulta encontrarle un comparativo adecuado con cualquier otra composición hecha en cualquier parte del mundo. Seguro suena exagerado, igual lo pienso de verda'.
El divo de Juárez será muchas cosas, entre ellas uno de los mejores compositores que ha dado y dará este país.
Cualquier otra interpretación de 'Amor Eterno' que no sea la primera y original por Rocío Durcal siempre me ha de parecer gris y mediocre, por no decir de más.

viernes, 9 de diciembre de 2011

El Clásico

Soñé que el Real Madid le ganaba al Barcelona con un gol de Kaká, es decir, tuve una pesadilla. Sin embargo, la iconografía del marcador, de las alineacione y las estadísticas eran de la Champions; así que puedo descansar. A no ser que sea el marcador de un cruce futuro en esa liga que me mantiene vivo entre mundiales.
¿Cuál será la alineación de Guardiola el sábado? Es algo que me he preguntado desde el partido contra el Levante luego de que bancó a Busquets en el medio tiempo. Pienso que alienará a tres en el fondo y pondrá al rombo en la media cancha: Busquets de contención; Xavi e Iniesta medios y Cesc de lo que sea que juega: interior, contención, falso nueve. Arriba Villa, Messi y el Niño maravilla. Atrás Valdés y de central Piqué; Abidal en la izquierda y el Jefesote por derecha. Yo de un tiempo a esta parte pienso que Mascherano ya retiró a Puyol, porque el argentino es el justo medio entre los dos centrales de la selección española de futbol. 
Si no, saldrá con la consabida: Valdés; Alves en derecha, Mascherano y Piqué de centrales (no le veo sentido a alinear a Puyol, aunque quizás lo haga), Abidal en izquierda; Busquets de contención, Xavi e Iniesta medios; Villa, Messi y Alexis arriba. El truco está, como siempre, en la media cancha. Es peligroso, peligrosísimo contra este Madrid jugar con tres atrás, pero los de Chamartín pondrán su famoso, rocoso y humillante trivote en la media cancha: Lass, Khedira y Xabi Alonso, tercia de cotnenciones. Por algo será. Y cuando el Barcelona juega con cuatro en la media, se vuelve omnipresente; parece que tienen más jugadores. Sobre todo por la anarquía de Cesc. Será cerradísimo, ahora sí, no como el 5-0 del Camp Nou. Pero sigue habiendo duda en Chamartín, sino, insisto ¿por qué el trivote?


jueves, 8 de diciembre de 2011

Realidad desvirtuada

Ya no veo en esta nación mucho que relacione eso que podíamos haber definido como una "realidad racional" con aquello que vivimos realmente día con día; con "nuestra realidad". Por muy común, o normal que podamos pensar que nuestra vida corre, mas o menos al margen de la violencia y caos en que se encuentra el país, nada es lo mismo. Los días no pasan igual que antes, por muchas razones, ya no se siente real. Yo me siento cada vez mas en algo parecido a lo que llamamos ficción, más bien algo a la mitad, algo que no parece tener sentido, pero por lógica se asume como "realidad", porque en esencia se que esta pasando en el plano de la conciencia, por mas inverosímil que parezca, por eso mismo a mi me resulta más difícil definir si es realidad o no.
Las rutinas son las mismas, pero no se viven igual, ni para bien ni para mal en ese contexto especifico, solo distinto.
El mundo es diferente en general, o igual ya era, nomas que yo me vengo dando cuenta apenas.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

martes, 6 de diciembre de 2011

Correcciones

La novela de Franzen, que fue National book Award en 2001, HBO la está haciendo serie; no mini serie. Saldrá Ewan McGregor en el papel del propio Franzen; y es que, por lo que alcanzo a comprender, Franzen apenas diluyó un par de gotas de ficción en toneles de su vida real; o sea que sí es Franzen, pero no es Franzen. Por lo demás, qué novedosa vuelta de tuerca transformar un libro en serie y no película: por extensión y efecto, los poemas son canciones, las novelas series, y los cuentos, esos sí, películas.


lunes, 5 de diciembre de 2011

Tango

Para la creación de un balón de fútbol se conjugan perfectamente la tecnología e investigación con ese algo de artesanal que aún conserva, a pesar de hoy por hoy que su hechura involucra un proceso más bien industrializado. Pero más allá de lo técnico yo aún le encuentro mucho de artístico. A través de los años estéticamente (englobando enteramente lo que involucra la estética del esférico junto con su contexto) me parece que un balón, de fútbol específicamente –cosa que no pasa de igual manera con uno de basquetból, de tocho, o con una pelota de tenis– tiene que ver más con la plástica que con lo simple/funcional/estéril de catalogarlo simplemente como diseño, por decir algo.

viernes, 2 de diciembre de 2011

El futuro

Había pensado en hacer una lista de todas esas cosas mexicanas que están a años luz de Orsai; ya no digamos de la literatura que contiene la revista, sino de su diseño, distribución y sobre todo, concepción y funcionaldiad. Seguro es algo que cuando los burácratas musicales que son los locutores de Reactor se queden sin ese espacio, intentarán hacer; diez años después y mal. El atraso del cosmpolitismo mexicano es tan papalpable como irresoluble. Cuando pensó hacer Plural, Paz dijo que éramos el vagón de cola de la literatura francesa, y aunque eso sigue siendo cierto: somos el vagón de cola de todo aquello que nos encanta mamar del extranjero, sería más preciso el enfoque de un aforismo (que escribo de memoria) de Carlos Monsiváis: "Cuando las modas van morir, se vienen a México." Basta ir al Corona Capital, pasar una tarde en la Roma, o leer a los noveles autores mexicanos. No haré la lista, mejor ver el video donde Hernán Casciari cuenta como reventó los límites últimos y a los que se aferran, no sólo los intermediarios, sino los creadores incapaces de producir algo que se sostenga por sí mismo y que por tanto precisa de un aparato que lo venda. Bajo el sistema de Orsai, solamente la relevancia será la moneda de cambio, el filtro absoluto. Regresarán esos millares de estudiantes de diseño gráfico que hacen peor lo que el Cha! ya de por sí hace con el mínimo talento, a estudiar leyes, o contaduría, Fermatta y School of rock se llenarán de enredaderas en su abandono porque los alumnos regresarán a administrar las empresas de sus padres, las becas para creación artística ya no tendrán demanda y se darán a estudiantes de economía en el ITAM: los artistas, se contarán con los dedos, no serán la intrascendente mayoría que debemos sufrir. No importa si no me toca verlo: todo volverá a la normalidad, y lo que entendemos por arte desde los primeros búfalos dibujados en una caverna, ya no estará en orsai.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Guadala -pinche- jara

Con dos libros Rulfo, y uno Arreola, en tan sólo un par de años arrastraron a México del siglo XIX al XX.




Este ya tiene un rato:

 Drive, por este chavo Phil Noto


La obsesión por Marcos

Texto de Mauricio-José Schwarz publicado originalmente en 2003 en Ciberoamérica:

Un recorrido por la prensa nacional e internacional, con sus excepciones, demuestra fehacientemente que los indígenas chiapanecos zapatistas no han conseguido, pese a su esfuerzo, romper con dos estereotipos que permean todos los intentos de análisis de la realidad latinoamericana en general e indígena en particular.

El primer estereotipo es el del caudillo. Para muchos en México, en América Latina y en el mundo, nuestro subcontinente no es entendible, ni viable, sin el proverbial "hombre fuerte", que se "faja los pantalones", que "defiende a estos o a aquéllos" y "pone orden" por su carisma. El caudillo se concibe sólo en postura épica, presto a ser retratado para los libros de historia: a caballo como Pancho Villa, con un pie sobre un cañón y el sable desenvainado, pensativo mirando al horizonte, con gesto decidido o arengando a las masas que no sabían para donde ir hasta que el caudillo señaló el camino. Es el realismo socialista trasvasado al conservadurismo latinoamericano.

La conclusión lógica de este estereotipo es que los pueblos latinoamericanos necesitan y buscan siempre, hasta encontrarlo, a un caudillo, un jefe político-militar, que es la incorporación y resumen de todos los que a duras penas adquieren el título de "seguidores". Sin caudillo no hay sociedad, no hay país, no hay nación y no hay futuro.

El segundo estereotipo es el del "buen indígena extraviado", que se importó a América de la mano de los conquistadores españoles. "Los indios son como niños", repiten sin cesar Bernal Díaz del Castillo, Cortés e incluso los defensores de los indígenas como Las Casas y Vasco de Quiroga. El indio es maleable, evangelizable, encomendable, inocente, obediente, sumiso, aguantador. Lo que no se le admite al indio es que sea independiente, inteligente, rebelde, firme en sus convicciones. El papel que el indio, obligado, ha jugado en la sociedad mexicana durante 500 años sólo ha servido para reforzar este estereotipo.

La mezcla del estereotipo del caudillo con el del indio niño ha forjado, desde el 1º de enero de 1994, una visión sobre las acciones del EZLN que se puede resumir de la siguiente manera: "Marcos es el rey de los indios, mismos que no se hubieran rebelado de no ser por Marcos. Quien controle a Marcos controlará a los indios, que no son sino borregos." Tal visión se repite sin dimensionar la enorme frivolidad que representa.

Las clases medias del país, educadas en un feroz racismo que borra al indígena del mapa, que lo reduce a escenografía y a productor de artesanía, han construido con estos estereotipos una enorme cantidad de aparentes explicaciones a lo que acontece en el sureste mexicano. Las preguntas que hacen en diversos foros y en la calle dicen más sobre ellos y sus cosmovisiones que sobre la realidad chiapaneca:

"¿Qué es lo que Marcos quiere en realidad?" (La honestidad intelectual no es opción, debe estar buscando algún fin oscuro, de preferencia de carácter personal –sexo, poder, dinero- disfrazado bajo la amable máscara de la lucha por la dignidad de los indios.) "¿Qué ha hecho Marcos realmente por los indios?" (Un verdadero caudillo reparte botines, es padre amantísimo aunque severo, debe ser como el Señor Presidente durante todo este siglo mexicano con alguna excepción). "¿Por qué el gobierno no mete a Marcos a la cárcel y se acaba el problema de una vez?" (Desactivado el caudillo, el problema desaparecerá, el problema es Marcos y no la humillación de los indios, que para eso están y nunca dan lata si no los alborotan).

El racismo mexicano, que muchos quisiéramos negar acudiendo a nuestro orgullo por el pasado indígena (el indio antiguo es respetable, el actual no, ha sufrido algún tipo de degeneración evidente, supone el racista) o a la figura de Benito Juárez o de El Nigromante o de cualquier mexicano destacado con rasgos indígenas (el racismo social mexicano los considera excepciones menores), se ha visto desnudado de manera vergonzosa por nueve años y medio de negativa a aceptar siquiera que los indígenas tengan ideas propias, ya no que "manden" a Marcos (¿cómo van a mandar los indios, pregunta el racista, si no dan golpe a menos que les pongan capataz?)

Esta visión, sin embargo, no se limita a las clases medias cuyo único alimento intelectual es la televisión privada y cuya cosmovisión es generalmente redondeada por la educación en escuelas confesionales donde la idea de "los pobres lo son porque no quieren trabajar" es dogma y donde no se mira mal el uso de "indio" como insulto que significa "zafio, ignorante, tonto", sino que se desborda a áreas en las que sería razonable esperar una mayor capacidad de análisis de los acontecimientos de los últimos nueve años y medio.

Así, vemos las notas que regularmente envía a España Juan Jesús Aznarez, corresponsal de El País, en las que se hace evidente su obsesión por el Subcomandante Marcos. Para él, lo importante es que hable Marcos, y si hablan también algunos Comandantes, quedan en calidad de "otros oradores". Cuando Marcos dice durante el Zapatour, al llegar a Morelos "Venimos hasta acá no para llevarnos el nombre de Zapata lejos de donde nació y siempre vivirá; llegamos hasta acá no para usurpar una historia que es de todos", el corresponsal alegremente traduce al discurso propio de caudillo latinoamericano que esperan sus lectores: "Vengo a rendir honores, no a usurpar su legado". La colectividad zapatista queda resumida en la individualidad de Marcos. Para el periodista (de un periódico que se afirma "de izquierda"), Marcos (no el EZLN) "rompió el diálogo". Para él, lo importante no fue que los comandantes zapatistas hablaran en el Congreso de la Unión, sino que Marcos no lo hizo.

El ejemplo de este periodista cunde en toda Europa. Publicaciones italianas, francesas, alemanas y británicas se desbarrancan en la anécdota de la imagen de Marcos, de las palabras de Marcos (sin recordar que por su voz hablan miles de indígenas rebeldes), de la imagen mercadeable que insisten en equiparar con la del Che Guevara sin profundizar en las graves diferencias de propuestas, ideas y formas de organización que distinguen a una guerrilla de iluminados de los miles de indígenas zapatistas. Los indios quedan de nuevo reducidos a la calidad de "seguidores" cuando no "manipulados" por el carismático mestizo de la pipa.

Pero, más grave aún, la idea del caudillo todopoderoso y el indígena sumiso y obediente ha permeado la aproximación política de tres sucesivos gobiernos mexicanos al conflicto chiapaneco.
Vicente Fox, en su famosa promesa de resolver lo de Chiapas "en quince minutos", matiza, ofreciéndonos su visión personal del conflicto: "Durante una gira de trabajo sostuve que el problema de Chiapas lo podría arreglar en quince minutos, siempre y cuando el Subcomandante Marcos busque realmente la dignificación de los indígenas, el desarrollo humano y económico de Chiapas. Si eso es lo que quiere, nos arreglamos en quince minutos y hasta seríamos aliados en la causa."

Es decir, para Vicente Fox no hay comandantes indígenas, no hay indígenas rebeldes, no hay problemas de marginación, miseria, desesperación, sometimiento a crecientes indignidades que pudieran hacer que los indígenas dijeran "Ya basta". Lo único que hay, para él y para sus antecesores, es el problema planteado por un solo individuo, que seguramente algo busca y al cual se puede comprar, convencer o cohechar para que con una sola palabra haga que todos los indígenas zapatistas depongan su actitud y vuelvan a su silencio y sumisión esperando los programas gubernamentales de "desarrollo humano y económico" que nunca llegan.

Es evidente que, en tales condiciones, la solución del problema zapatista se encuentra muy lejos.

En el momento en que Marcos no se presentó a hablar en el Congreso de la Unión en marzo de 2001, los diputados y senadores (en su gran mayoría), los medios de comunicación (en especial los internacionales) y una parte importante de la ciudadanía mexicana dejó de escuchar lo que sí se dijo.

El 28 de marzo de 2001, la Comandante Esther advirtió en la máxima tribuna de la nación: "El Subcomandante Insurgente Marcos es eso, un subcomandante. nosotros somos los comandantes, los que mandamos en común, los que mandamos obedeciendo a nuestros pueblos. Al Sup y a quien comparte con él esperanzas y anhelos les dimos la misión de traernos a esta tribuna. Ellos, nuestros guerreros y guerreras, han cumplido gracias al apoyo de la movilización popular en México y en el mundo. Ahora es nuestra hora."

No fue su hora. Quienes influyen, quienes gobiernan, quienes controlan los medios de comunicación internacionales, dejaron de escuchar en ese instante porque los que hablaban eran indios, no su "jefe", no el responsable del problema, no el individuo con el que se negocia y transa.

La obsesión por Marcos es la norma del viejo sistema caciquil y del nuevo sistema construido a partir de exclusiones. La exclusión –una vez más– de los indígenas hasta de su propia lucha permite dibujar el retrato de una sociedad cuyos peores rasgos no se han visto moderados por la modernidad ni por la globalización. Sin Marcos, nadie escucharía el mensaje de los indios, es cierto. Pero gran parte del mundo se ha concentrado en el medio y ha desechado, y continúa desechando, el mensaje central de los indios chiapanecos. Y para entender este mensaje y dialogar sobre las bases que pone, no hace falta simpatizar con los zapatistas chiapanecos.

La "reaparición de Marcos" en la escena política (como si se hubiera ido de vacaciones durante dos años, retirado para recuperar fuerzas) pone de nuevo sobre la mesa de las discusiones cuál va a ser la aproximación gubernamental y de la opinión pública al conflicto de Chiapas, que no es sino el síntoma más visible de un conflicto mucho más profundo a nivel nacional y latinoamericano.

Si sigue prevaleciendo la idea de que toda la solución al problema se conseguiría al desactivar a Marcos (como lo intentó Ernesto Zedillo) o al negociar individualmente con él (como lo propuso Fox), el camino del entendimiento seguirá cerrado, sin importar cuántos Caracoles inauguren los zapatistas y cuántas veces digan, por voz de Marcos, que lo que desean es sencillamente que se reconozca su dignidad como mexicanos, como indios y como personas.

Y que se escuche lo que dicen, más allá de la obsesión por Marcos, que si algo tiene de admirable es haberse sabido convertir en indio.