lunes, 13 de enero de 2014

A la edad en que Leo y Cristiano comenzaban su cristalización en elegidos del futbol, Frank Ribéry trabajaba como albañil. Diez años después, el hijo pródigo de München ganó todo lo que es deseado y fundamental para un futbolista: liga y copa alemanas, y la Champions League. Yo creo que en este siglo, en este contexto histórico, apoyar una selección nacional es un anacronismo; y que cualquier forma de orgullo nacional o patriotismo deportivo, cultural, político, social o económico es una de las imbecilidades más grandes de la humanidad. La Champions es el torneo más importante de clubes y no hay participante, que la haya ganado o perdido, que no enuncie la dificultad de ganarla. 

Dice Jerry Seinfeld que todos los premios son estúpidos. Y lo son, dependiendo del valor que se les atribuye, previo a ganarlos o posterior a hacerlo. El Balón de Oro es un premio estúpido porque lo ganó Messi cuando lo tuvo que ganar Iniesta o Xavi, las almas gemelas y, juntos, el mejor jugador de futbol en la historia de España. Porque ganar un Mundial es infinitamente más difícil. Es estúpido porque lo ganó Michael Owen. Es estúpido porque a Cristiano y al madridismo y al As y al Marca, les confirma una idea errónea: Cristiano no es el mejor jugador de futbol y nunca lo será; acaso será el más eficiente de la historia, pero eso no lo hace el mejor -lo que sea que signifique eso. Este año Ronaldo no ganó nada, Messi sólo la liga (sí sólo la liga, porque en esos niveles una liga no basta) y Ribéry lo ganó todo. Pero sin meter los dos mil goles de Ronaldo o los mil quinientos de Messi. ¿Cómo se pondera eso?

El Balón de Oro premia la individualidad, sí. Pero el concepto individualidad tiene diferentes realizaciones. La de Ribéry fue activar un equipo, una afición, un temperamento que se tradujo en un Bayern histórico. Antes de Guardiola. Pero, ay, ¿cómo capitalizamos esos efímeros e inmateriales valores? ¿Cómo contraponerlos a la estadística y el espíritu del cuenta chiles que valoriza más la cantidad de goles anotados que la relevancia e injerencia en un equipo? ¿Cómo venderlos? Hoy, que el futbol de Xavi agoniza y está ausente, el Barcelona le mete cuatro goles al Getafe pero no puede fabricar más de una ocasión de peligro, ya no de gol, ante el Atlético de Madrid. Sin Xavier Hernández Creus, no hay Barça, no hay Leo. He visto el Bayern de Guardiola, periodo durante el cual, lo que se hiciera influiría en la votación para el Balón de Oro, y en él Ribéry ha exhibido que si no tiene el talento de Messi o la eficiencia de Ronaldo sí tiene mucho más carácter que los dos juntos. Veo a Ribéry, Lahm, Thiago, Kroos, Alaba, Müller, Göetze, Schweinsteiger, veo el Bayern de Guardiola y pienso lo que Alfred en The Dark Knight Rises cuando observa el asalto de Bane a la Bolsa de Valores de Ciudad Gótica: "Take a look: his speed, his ferocity, his training. I see the power of believe".

No me atrevería a decir que Ronaldo no lo merece, digo que, desde mi perspectiva, le confirma algo que él mismo no se procura. La carta que le mandó a Joseph Blatter luego de que éste lo arremedara lo prueba. Qué le importa lo que un viejo senil, que le entrega el Mundial a Qatar, piense.

Leo, como dice Santiago Solari de Francescoli, es mi ídolo. Leo para mí es el mejor y lo será hasta que me muera. Me ha llevado a lugares que no sabía que existían. Lo he visto poner los límites del futbol más allá de donde estaban y es justo eso, dicen los que saben, lo que también hicieron Pelé, Cruyff y Maradona. Ronaldo, da la impresión, daría sus ahora dos balones de oro por ganar la Copa del Mundo para, luego, ganar un Balón de Oro. Leo, parece, daría sus cuatro por la Copa del Mundo y luego, un día, volver a Newell's.

Se viene el Mundial y a Leo, previo a la premiación de hoy, entre líneas, se le escapó dónde tiene la mirada puesta. Dicen que de un tiempo a esta parte ya no se contrapone a Ronaldo, sino a sí mismo y la Argentina. Leo trabaja por ser uno de los 2 o 3 mejores de la historia. Cristiano, por ejemplo, trabajó para ser el mejor esta temporada. Hay diferencia.





No hay comentarios: