domingo, 26 de julio de 2009

Iceberg.

Tú me prometiste.
Tú me lo prometiste.
Quedaste en algo.
¿Por qué no haces lo que te pido?
¿Qué te pasa?
¿Te vale?
Dime.
¿Quieres hacerlo porque tú quieres, o porque te lo estoy pidiendo?
Es que hay que hablarlo.
Dame una certeza.
Prométemelo.
Hay que solucionarlo,
Es que hay que solucionarlo.
¿Cuál es la situación?
¿Qué tengo qué hacer para mejorar esto?
¿Qué puedo hacer para mejorar esto?
No pones nada de tu parte.
No me hablas con las cosas claras, y yo estoy esperando.
Estoy esperando algo.
¿Qué puedo esperar yo de ti?
¿Yo que papel tengo en eso?
Tú dime.
¿Qué certeza podría tener yo?
Eso me has prometido mil veces, ¿y qué ha pasado?
Tú lógica está tan abierta que nada tiene sentido.
¿Por qué o puedes prometer las cosas?
¿Cada cuanto me vas a decir las cosas?
Es que no te nace decirme nada.
Es que piénsalo.
¿Por qué no hacerlo de otra manera?
Hay que hacerlo positivo.
¿Por que predisponernos a lo malo?
Pero tu dijiste.
¿Que no tienes conciencia o qué?
Yo por lo menos propongo cosas.
Pues así es la verdad.

Y para todas tengo una respuesta.

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