martes, 11 de septiembre de 2012

Pecados

Hace mucho que no veía la película 'Seven', protagonizada por Morgan Freeman, Brad Pitt y Kevin Spacey, la vi este fin de semana otra vez. Me reitero no solo el oficio de David Fincher con las cámaras, sino también su maestría para contar "thrillers", creo que definitivamente es ese su genero, no de a gratis fue el elegido para hacer el "re-make" de 'La Chica con el Dragón Tatuado'.

Me puso a pensar como hace mucho no lo hacía en esta lucha que las personas sostenemos contra la posibilidad de que nuestros caminos podrían estar previamente trazados, por algo o alguien mas que solo nuestras decisiones y acciones. Creo que casi toda a gente que conozco nos rehusamos a pensar que no tenemos injerencia directa en lo que vaya a pasar con nosotros.
Yo quiero pensar que mi decisiones fueron mías, y el sendero que llevo es producto de ellas, aún así a veces resulta difícil creer que ciertas cosas pasan, o pasaron, solo por casualidad. Cosas que fueron pieza fundamental para forjar la historia, nuestra historia. No se, no tengo fundamentos reales para afirmar tal cosa, pero a veces pienso que es una verdadera posibilidad –como todo– que esto ya se escribió.

El detective Mills, casi desde que comienza la cinta (le digo cinta a pesar de que la vi en un monitor, auspiciada por la bendita Cuevana) actúa cegado, blindado ante la posibilidad de que "John Doe", o dios, o quien sea, es quien tiene realmente el control de la situación. Sus descubrimientos y los de Somerset no son más que designios seguidos al pie de la letra, parte de un plan. Si acaso en algún punto pudieron sorprender a John, no fue circunstancia para la cual el "maniático" no tuviera una contingencia. Mills se la paso renegando ante lo inevitable; de un destino que John ya tenía trazado para el. 
Lo subestimo, lo insulto, lo menosprecio, y ese fue su principal error, no guardar respeto a su enemigo, que bien pudo ser ese destino del que tanto renegaba, más que el ejecutor del mismo. Somerset no pudo más que ser testigo de la caída de su joven compañero, ni su experiencia, ni su apoyo pudieron contra la arrogancia de David Mills, su prisa y urgencia por sentir que tomaba control de la situación. Incapaz de fluir con la situación fue a estrellarse de lleno contra el muro de piedra que resulto su trágico desenlace, orquestado por "John", su dios, pero exitoso gracias a el mismo, que siguió los pasos uno a uno. Todo el tiempo estuvo en él la posibilidad de cambiar el rumbo, pero era simplemente lógico que no lo hiciera, habría sido antinatural, ir contra su naturaleza como ser humano, esta ultima la clave para que el plan de John resultara perfecto.

2 comentarios:

Two Of Us. dijo...

The Game, otra obra maestra de Fincher, donde también cuenta el destino. Aunque fabricado en la forma de un juego, "juega" igualmente con las opciones que tiene el protagonista en un contexto determinado. No por ser ilusorio el contexto es menos verídico.

Two Of Us. dijo...

Gacho, y ni me acordaba que era de el también.