miércoles, 2 de abril de 2014

Ese ímpetu, esa locuacidad de vagonero, el servilismo a una idea equívoca con que Christian Martinolli, junto en la empalagosa retórica merengue de Jorge Valdano, venden el partido México-Estados Unidos de hoy como el clásico total. Proclives a la coyuntura, seguramente valiéndose de los ecos del último Real Madrid-Barcelona y el Boca Juniors-River Plate, pretenden capitalizar lo más posible un partido intrascendente -ni siquiera es fecha FIFA- mediante los conceptos más burdos y primarios enalteciendo un par de momentos de la selección nacional.



Mejor, yo creo, deberían usar esa secuencia en que el intrascendente Javier Hernández, ese que, ridículo, como mendigando oportunidades, besaba el escudo del United -cuando aún jugaba- cada ocho días, festeja el oportuno gol (u oportunista como él) de Estados Unidos que, para fortuna de algunos, puso a la selección nacional al borde del Mundial.




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