sábado, 30 de junio de 2007

Mr. Shanchez:

No es saludable.
No es “el mejor” “restaurante” de comida rápida en su genero. No es reconocido, ni avalado siquiera.
No es conocido; ni relevante, ni indispensable. No en el plano comunitario de la existencia, en el que el mundo es un todo, eso que hoy llaman “aldea global”

Todo eso podría ser un hecho, mas no en mi mundillo, donde las cosas SI giran a mi alrededor.
Donde MIS amigos, son míos.
Donde MIS gustos míos.
En donde MIS pedos son los más importantes, lo primero que debo resolver antes de intentar reparar al mundo. Lo único que esta cerca de estar bajo mi control.

Donde Mr. Shanchez es:
Relevante.
Reconocido.
Avalado.
El mejor.
Por mi, y por mis amigos… aunque sea por un par de semanas, o meses, o años.

Es memorable. Representa un punto específico en ese conjunto de experiencias que, recolectadas y unidas por una existencia (entrelazada con otras) forman un pedazo de eso que muchos llaman “felicidad”, mal definida en general.
Mi definición, en una de sus piezas incluye a este local de pizzas and pollo (grande y claro como luce en su fachada) en las cercanías del UNITEC de Atizapan. Es parte fundamental.

No luce, ni dice mucho, y definitivamente no llama la atención por algo en específico. Pero:

Venden cerveza.
La Pizza es buenísima.
Las papas adictivas.
El pollo increíble (Dicen. Yo no le entro)
Uno de los que atiende es a toda madre.
Y esta re-cerca de mi casa.

Y todo lo antes mencionado seguiría siendo poco importante, de no ser por lo que engloba ya en conjunto. De no ser por la compañía, y por los recuerdos recolectados en ese punto especifico en el plano de mi mundillo.
Ocupa ya un lugar simbólico: como los Beatles, Como el segundo MX Beat, El Jack Daniel’s, Vomitar en la tarja de V., la secundaria, la preparatoria, Pearl Jam, lo hooligan, tres franjas, Niña en el Cultural Roots, Travis, Mear en la calle; ad infinitum.

No es la pizza.
Ni las papas.
¡Cristo! Ni siquiera la cerveza.

Tal como expresa Julio Alberto Martínez Ríos.
Tal cual E. lo cita, y reinterpreta.

No es lo que ves.
No es lo que comes, ni donde estas.
Es lo que hay detrás. Con quien estas, y porque estas.
Es mucho más.
Todo demás no es mas la música que acompaña el momento.

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