Sí; nos han enseñado que hacer es bueno. Que hacer más es mejor.
Que saber mucho te hace mas inteligente, y así le ganas a todos. Que entonces te volverás rey, y el resto habrá de rendirte pleitesía. Todo lo mereces –no solo lo que quieres– por derecho de ser “mejor”
Nos enseñaron que debemos aprender bien la lección, porque es verdad absoluta.
Nos obligaron a creerles que no teníamos opción.
Y cuando descubrimos que somos capaces de escoger a la mayoría le entra pánico.
Un terror inmenso y profundo por tener la libertad de decidir, y hacerse responsables por sus actos. Miedo de aceptar las consecuencias.
Entonces deciden no decidir.
Aquí nosotros decidimos no hacer. Creemos que las acciones están sobre-valoradas.
Nos hemos dado a la tarea de reflexionar sobre aquello que nos concierne personalmente en principio; como individuos.
Una revolución comienza en los adentros uno mismo –la revolución no se hace con flores, habrá que derramar sangre– Pues nada ha de cambiar si no cambiamos desde el interior.
Creen arreglar al mundo sin saber que hay en su interior. Un sacrificio hueco equivale a nada.
Parecerá que nada hacemos. Igual es así.
Como Edgar dice: A veces haces mucho más no haciendo.
Es importante saber cuando permanecer impasible.
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