sábado, 19 de junio de 2010

No fue sino hasta el día de antier que caí en cuenta que el mundial había empezado. Recordé como por días como aquel –aún si fuese el ultimo de ellos– que la espera se hacia larga desde el ultimo minuto de hace cuatro años.
Nada que pudiera borrar el buen humor tras la dulce victoria; nada. Ni las idioteces de una vieja.

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