jueves, 15 de julio de 2010

Desalojo.

Era vieja, de otra era.
Como nosotros.

En ella sólo habitaban el silencio
y el eco de sus muros.
Como en nosotros.

Jamás estuvo tan viva
como en aquellos días.
Y nosotros tampoco.

Nunca fue el lugar donde
poder estar.

Siempre será
donde podíamos ser.




1 comentario:

Anónimo dijo...

Se me había olvidado decirte que Pablo, Bernardo y yo pasamos a verla el otro día, y vimos en que se ha convertido.