En este artículo hermoso y certero; que contiene la verdad, el secreto y el porqué de lo que pasó hoy, encuentro también la confirmación de algo que vengo pensando desde hace años ya. Algo que no es un juego para mí y que comienza a dejar las canchas, para ser la columna vertebral de mi código de valores y de mi postura ética, estética, moral y filosófica ante el mundo:
El fútbol, como toda actividad realizada por quien se halle bajo el Sol, es una actividad de seres humanos, de personas. Quién no lo entienda hoy día, debería caminar, sin mirar atrás, hacia el fondo de un océano sin detenerse.
No triunfó el Fútbol más hermoso, ni el que respeta más la pelota, triunfaron seres humanos, que se comportaron como tales. Lo opuesto de lo que prima hoy en el mundo. De ahí lo histórico.
Histórico también porque es el más justo reconocimiento (porque no es selección y no puede ganar un mundial) a uno de los mejores equipos que jamás se verán en la Historia de este planeta.
"Yo no quiero el Balón de Oro", repetía estos días Xavi con una sinceridad aplastante.
"Para que Brasil vuelva a ser Brasil necesita clonar a Xavi", sentenció ayer en Johanesburgo el mítico Tostão, que compartió título con Pelé, Jairzinho y todo aquel inolvidable Brasil de 1970. Escribe Sámano.
A quien tiene que clonar -y muchísimos- y no sólo para el fútbol, es a Guardiola.
Diego Forlán se equivocó de profesión. Tenía que sacar a Uruguay y a Latinoamérica de donde sea que estemos. Sus capacidades las demostró en un mes.
Se abre el paréntesis y faltan, 1,461 días para cerrarlo...
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