miércoles, 25 de abril de 2012

Instantaneas

Se vuelve cada vez más cansada esta terrible necesidad que tenemos las personas de perpetuar cada instante de nuestras vidas, y todo porque en esta "era" resulta posible.
¿En serio cada instante que pasa es merecedor de ser perpetuado en una foto, en un video? 
Nuestra memoria, igual que nosotros, es falible. Olvidamos cosas que no deberíamos, o que no nos conviene o nos gustaría olvidar, y aun así cuando lo pienso, tal vez esas cosas que a mi se me han ido olvidando creo que a la larga no eran tan relevantes. Creo que el cerebro es sabio, sabe escoger perfectamente que momentos habrán de perdurar y cuales no. En su mayoría (en mi caso) creo que todos aquellos recuerdos que de verdad atesoro siguen ahí.

Mi punto al final es: No tengo nada en contra de recopilar esa memorabilia de nuestras vidas que gracias a que la tecnología de nuestros tiempo lo hace tan sencillo y a la mano, pero hay momentos que más bien vale la pena vivir en ese instante efímero y disfrutarlo los minutos o segundos que dure y después dejarlo ir.
Como seres humanos tendemos a sentir apego; nos aferramos a todo, tenemos miedo de "dejar ir", de olvidar, del cambio, supongo que nos sentimos seguros con lo que ya conocemos y eso lo hace más fácil en apariencia, evitar el riesgo, pero ciertos episodios de nuestras existencias los terminamos perdiendo a través del lente de la cámara o de la pantalla del teléfono; a pesar de que gracias a eso puedes almacenarlo, tal vez de por vida, a mi me resulta extraño, siento que para muchos debe ser como ver la foto de algo en lo que realmente no estuvieron presentes o no participaron. No creo que este mal, insisto, solo creo que como buenos seres humanos lo terminamos llevando al extremo, termina siendo un ejercicio excesivo y hasta obsesivo. Hasta por lógica: ¿a la larga cuantas de esas fotos o vídeos realmente volveremos a ver o a revisar? gigas y gigas de información que se perderá o terminara arrumbada en algún dispositivo o almacenada en torres de discos.
Tenemos que aprender a priorizar, documentar de manera más útil, archivar de manera compacta todas esas imágenes de forma más inteligente, no nada más por miedo a olvidar pasajes que creíamos importantes de momento, pero que muy probablemente no lo eran, que no lo son. Nuestra memoria lo sabrá mejor.

Al final a quien más que a nosotros mismos le importan realmente esos recuerdos, probablemente solo a los involucrados. Nos juntamos, rememoramos y nos volvemos a reír, pero la idealización de creer que podemos revivir ese el momento exacto tal cual sucedió es una falacia, aquel momento ya ha pasado, es irrepetible en ese espacio y tiempo especifico, todo lo demás es un reflejo, una idea de algo que ya fue.

Siempre me acuerdo de algo que Jeff Tweedy, líder de la banda Wilco, dijo en una entrevista, no lo recuerdo textual, pero en esencia era algo así:

Sobre analizamos los momentos, tendemos a querer hacerlos perdurables, como una canción en un concierto en vivo por ejemplo, el momento es ahí, y conforme va sucediendo se diluye. Esa euforia y emoción son irrepetibles, pero después, tendemos a sobre analizarlo, a buscarle un significado más profundo, queremos que nos responda preguntas y nos solucione los problemas, pero nada de eso está ahí, la emoción y el momento terminaron con la canción y debemos dejar de aferrarnos a querer repetir lo irrepetible y disfrutar las cosas cuando pasan, en ese momento y en ese lugar...

Es más bien una interpretación mía, así lo entendí, o así lo recuerdo yo, da igual, mi memoria sabe mejor.

1 comentario:

Two Of Us. dijo...

Son burócratas del recuerdo.