Ayer en la página principal de You Tube estaban listadas, entre varios videos, cinco versiones del Harlem Shake -perpetradas en cinco zonas geográficas distintas. No sabía, hasta ayer, qué era el Harlem Shake; poco me importaba porque bien sospechaba era una imbecilidad más de esta precaria civilización. No termina de morir una anémica ocurrencia cuando la otra ya comienza a asomarse. Es como si esta sociedad, para que entiendan, fuera un meme de alguna otra sociedad que nunca acabó de cuajar. Y con qué fluidez se le enquista el entretenimiento y la cobardía.
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