lunes, 31 de enero de 2011

Recuerdo el centro, pero el centro no así a mi.

Más allá de Bellas Artes. Más allá de Garibaldi, todavía mas. Más allá del bien y el mal.
Con las prostitutas y el viejo canoso que ya solo mira el interior del vaso con la vista fija en la mesa, y la cabeza siempre abajo.
Y la barra y la rocola, y Lobo Hombre en París, y (Just Like) Starting Over. Y el ruco borracho que no acepta un no por respuesta, y el peligro latiendo como el corazón, con dos pesos y cincuenta centavos en la bolsa.
Sus tatuajes y sonrisas, y su altura de el.
Menudo lío que nunca nos alcanzo, al igual que el sol, y que lastima.

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