Miraba Final de partida en el canal 4. Estaba Ricardo Raphael con el que no es el de lentes rapado, con el tono semi irónico y ultra afeminado. Hablaban de René Descartes, y decía Raphael que Descartes era fundamentalmente un filósofo de la libertad. Que en todo su pensamiento y obra fue por lo que más pugnó. No es mentira: mientras decía esto, se me enchinó la piel y me recorrió el cuerpo entero un escalofrío, producto de la imagen del hombre que implantó la razón. El hombre que nos salvó de quién sabe cuántas cosas. Insisto en que estos días son días de barbarie, medievales; de gente cobarde. La tecnología es la alquimia del imbécil y el apocado.Arrumbado en mi memoria, en el archivero de la preparatoria, estaba un retrato de Descartes, lo contemplé un rato y como una epifanía del Dr. Gregory House me di cuenta de que el la forma de su cabello, el bigote, el vello bajo el labio inferior y la expresión de su cara, son exactamente las mismas que las de V. Y al igual que el filósofo francés, el libertador inglés también tenía como misión en la vida no otra cosa que luchar por la libertad. Preferiblemente a costa de su propia vida.
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