domingo, 5 de junio de 2011

4:11

La Cabaña del Tío Manolo hoy no existe más... no se desde cuando. Desde sus cimientos –literalmente– desapareció. Nada del edificio que albergaba el bar ha quedado ya. Un lote vacío con un par de castillos (de la estructura) solo quedan.
Nada de los ricos calimochos de cerveza y vino tinto se repetirían; como los recuerdos ahí velados habrán de ser irrepetibles.

Y en la misma noche –irónicamente– encontré un nuevo "lugar favorito". Lleno de pulques, curados y cremas de mezcal. A ver que más.
Cené pulque má, como beber un bistek (biste')

"Pulque bendito, dulce tormento; Que haces afuera, vamos pa' dentro"

El Cantarrecio.

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