Ojalá se convierta en una constante –por lo menos– el intentar mas jugadas así. Que se sacuda las telarañas (como decía Edgar el domingo que lo platicamos) o lo que tenga en la cabeza, llamense miedos, dudas, inseguridades o lo que sea que le impida arriesgarse mas y explotar eso que todos ya vimos que es capaz de hacer.
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