viernes, 1 de febrero de 2008

Justificación injustificada. (Fragmento).

Las veo... casualmente, como a cualquiera, cualquier día, lindas como otras, como todas, pero ellas en especifico, por alguna razon especial que aun tratando seria imposible entender, llamaron mi atención. Tal vez sean las mallas ajustadisimas hasta la pantorrilla. La posibilidad de unas nalgas de perfecta circunferencia davinchesca (y la hay, sin la precision del compás, en mi mente son perfectas) espigada, morena clara, de facciones no tan "perfectas" como su culo, pero igual encantadoras (a mi gusto pues, para no ofender a los guardianes de la percepcion personal). Otra empezando por el cabello, corte "a la moda" - por ponerle nombre - ya sabes: fleco recto por encima de la ceja, alaciado artesanal - o casero - , eso, junto a su atavío perfectamente construído, detelladamente combinado, sumandole ese algo intangible; porte le llaman unos, los contemporáneos a falta de un vocabulario mas estilizado - o de más imaginación - le terminamos llamando "onda". Un poco mas bajita que la primera, igual delgada, de tes un poco mas clara, linda tambíen. Esta mas "arreglada" que su antecesora - enfundada en un conjunto mas relajado la primera - Una tras otra, con menos del minuto de diferencia, ahí, en la parada de siempre, de diario, esperando un ruta 2, como todos los días, me fuí a encontrar con un par de guapisimas (para mi, insisto) sorpresas, sin más me dió un vuelco el corazón, como si se hubiera tirado de cabeza, así, de la nada. De esas ocasiones en que hasta el aire te falta, de esas veces que mi lasciva mirada hasta las debe haber incomodado.
Daría mi brazo por estar con una de ellas; con las dos... y la verdad es que no, no les daría para empezar, ni mi tiempo, y aun así, soy capaz de quererlas, sin siquiera conocerlas.

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