viernes, 3 de septiembre de 2010

Trapos.

En mi casa, tenemos en la entrada frente a la puerta un trapo para limpiarnos las suelas de los zapatos. Uno para limpiar la cocina, otro para lavar el automóvil. Unos para lavar la taza del baño y la regadera. Unos para secar a nuestro perro y para trapear también.
Yo creo que todos salieron de un mismo rollo, pues todos están hechos de tres franjas de tres colores diferentes; de izquierda a derecha: verde blanco rojo. En el centro del color de en medio hay algo. Pero nunca he podido saber qué es; si es una de las muchas manchas de los trapos, o algo bajo las manchas.
Quizá pudiera ser el logotipo de la fábrica de los trapos. Quién sabe, y aparte, es un trapo a fin de cuentas.
Este mes parece que la fábrica, sobre produjo su mercancía, ¡los hay por todos lados! E ingeniosos como somos los mexicanos, les estamos dando diversos e innovadores usos ahora: sobre los cofres de los automóviles, colgados de ventanas, puertas y edificios, ¡hasta en mini astas en azoteas!
Cualquiera diría que a los trapos estos, los mexicanos los entendemos como banderas.

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