La mayoría de las ciudades, cuando las miras desde arriba, desde un avión, parecen una tela de araña. México es diferente: México es la araña que teje a todas esas telas de araña. Algo monstruoso y épico al mismo tiempo. Por eso la ciudad contamina las alturas y se cubre para disimular su condición de fenómeno fuera de este mundo [...] Llegará el día en que los mexicanos de Ciudad de México subiremos a los cielos trepando por sogas y escaleras de oxígeno contaminado y allí venceremos a los ángeles internacionales. Y el Paraíso será un cielito lindo, amén.
Fragmento -otro, sí- de Mantra, que tampoco es un libro, es Literatura de Rodrigo Fresán.
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