Ha sido de los mejores días de todos mis días.
Me conmueve muchísimo cuánto se aplaude y ovaciona en el Camp Nou, la recuperación de la pelota, es decir, el trabajo; es lo que más se aplaude después del gol. Es impresionante verlos hacerlo; y no lo es menos, que para ir a la portería del contrario nunca van hacia adelante: siempre al costado o hacia atrás y de alguna manera, con ello terminan en el área rival jugando por varios minutos continuos. No es ganar, no es meter gol nada más -por eso Lio no marcó el día de hoy, porque en todas las que tuvo, siempre buscó hacer un golazo-.
Mourinho dijo a la prensa que no se sentía humillado por el resultado... ¿Pero qué tal por la forma Mourihno? Quizá no era indispensable ser jugador para ser entrenador, pero si lo era para perder o ganar con humildad, para saber que al estar en el mundo del fútbol eres parte de algo más grande que el Real Madrid, el Barcelona, un Mundial, o todos los goles de la Historia juntos. Y es evidente que ha infectado a todos sus jugadores con esa ignorancia.
"Más que con el resultado, me quedo con el cómo lo logramos", dijo Josep Guardiola cuando todo hubo acabado. Y esa frase hace mitades el mundo que habitamos: para los que el resultado basta y para los que el cómo es tan fundamental como el resultado.
Dividido el mundo en Mourinhos y Guardiolas.
Ha sido el mejor partido que he visto del Barcelona, Abidal justísimo; Xavi... lo he pensado desde hace un largo tiempo ya: cualquier premio, el que sea, le viene guango; Iniesta impresionante; Villa por fin certero. Y Messi, hoy cargó con todo el Barça, y con el Camp Nou, y con el Mini Estadi, y con La Masía, y con Guardiola y con Cruyff, y con Rosell.
Hoy no sonreía Lio: hoy, tuve la impresión durante todo el partido, que fue un día en que Lionel Messi descubrió qué se siente, ser un hombre.
Ser el responsable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario