martes, 14 de diciembre de 2010

Se oye el silencio.

... Pues solo así, como era de esperarse. Únicamente ante la posibilidad cercana de la muerte de alguno de los dos habrían de contemplar una reconciliación. De que otro modo sino al filo de la imposiblidad.
Tenían que estar al borde, con el riesgo de que, ya fuera la muerte de uno o del otro, rompiera de una vez por todas la ilusión de colaborar juntos otra vez. Ilusión suya y nuestra, que por fortuna nos habrá de regalar, por lo menos una vez más, la dicha de vivirlos juntos sobre una tarima.
No murió Alejandro; ni Sabo, ni Saúl; Tampoco Diego o Alfonso, tampoco Caifanes, al parecer, al menos no, todavía.

Que emoción pensar en la posibilidad de escuchar Estas dormida ejecutada en la guitarra por Alejandro Marcovich, cantada una vez mas por Saúl Hernández, con el eterno Sabo Romo en la guitarra baja, Alfonso André en la batería y Diego Herrera en los teclados.
Evento que solo la muerte de alguno de ellos, o la mía, evitara que yo presencie.

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