miércoles, 23 de mayo de 2012

Robert Chase M.D.

El episodio final de House M.D. podrá gustar o no, eso es debatible y una cuestión de percepción, lo que si creo es que es justo el que la serie merecía. Seguro podrá decirse que fue complaciente, por mi parte puedo decir que yo concordaría con esa opinión, pero debo decir que también creo que eso, no siempre es algo malo, lo cual aplicaría en este caso, es mi opinión, recalco.

Termina una era. Estos 8 años seguí la serie con gusto, con todo y altibajos. Al final –y lo platique mucho con Edgar– las historias a veces rayaban en lo verdaderamente inverosímil y el chiste casi de pastelazo, la penúltima temporada sobre todo, igual seguía siendo divertido. El acierto de terminar la serie y darle un bastante digno fin (creo yo) fue otro gran acierto de su creado creador David Shore y sus productores, imagino que se habrán dado cuenta también del gran desgaste que había sufrido el proyecto, difícil labor la de mantener el programa fresco tanto tiempo, sobre todo por el perfil, que tendió a volverse repetitivo.

Me gusto sobre todo la importancia merecida que recibió la relación House-Wilson, punto aparte de la magnifica caracterización de Hugh Laurie, su química con Robert Sean Leonard fue inmejorable. Decía Peter Jacobson (creo) en el especial previo al capitulo final, que podía verse un brillo especial en los ojos de House cuando interáctuaba con Wilson. La única razón de ambos para no contraer matrimonio sería ese tabú irracional de esta arcaica sociedad de rebajar una relación de ese calibre al grado de lo sexual o genérico por falta de una etiqueta, siendo esta algo más complicado que eso. Compañeros de vida ya eran.

Lo de Chase es punto y aparte también, tal vez por ser mi personaje favorito, pero que alegría verlo en llegar a donde era obvio que lo haría. Ya se, es un lugar común lo que estoy por escribir, pero uno se involucra al ver crecer a los personajes a lo largo de casi una década.

Pues eso, se acabo House.

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