La imbecilidad e intrascendencia de "el Cha!" es proporcional a la relevancia y talento de Peter Saville, por ejemplo. En una entrevista con Hans Ulrich Obrist, el mancunian, dice que la cultura antes era como el LSD: te abría la mente y te hacía experimentar cosas enteramente distintas. Pero que ahora la misma cultura es como el crack: te aísla y eventualmente te aniquila.
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