viernes, 4 de mayo de 2012

Versus

Dice D. que a mí, lo que me gusta, es argumentar. No se equivoca pero tampoco es enteramente verdad. Lo que en realidad disfruto es la arquitectura del argumento -que no es lo mismo. Así, puedo argumentar incluso en contra de cosas que son de capital importancia para mí; como cierta literatura, cine, música o aun algo que tiene connotaciones religiosas en mi vida: Josep Guardiola. Esto último lo hago sobre todo cuando alguien que desprecio se pronuncia en favor de manifestaciones estéticas que me interesan. Cuando escucho a alguien hablar incesantemente de lo imprescindible que es tal banda, o tal autor, sin importar cuánto me interesen inmediatamente pienso en destruir las opiniones de quien las emite. La razón es que las más de las veces, se expresan con lugares comunes y con, en palabras de Álvaro Enrigue, el "carisma de Díaz Ordaz".

Ayer, durante el partido entre Jaguares y Santos tan fértil en goles, decía Antonio Rosique, amparado en toda su imbecilidad que, por eso la liguilla era lo mejor del futbol mexicano. Que dicho partido era el contra argumento para quienes quieren -quisiéramos- una liga en que el campeón sea quien sume más puntos luego de un determinado número de jornadas. Lo que no alcanza a ver Rosique es que ese partido que narró, se ve cada ocho días en otras ligas porque cada jornada es posible que pierdas el título. Barcelona y Manchester United, bien podrían dar cuenta de ello. Además, creo que la liguilla es el obstáculo más grande para llegar a ese quinto partido en un Mundial. Mientras todas las selecciones saben que cada partido, incluso el primero, puede ser el último, como en sus ligas locales, los mexicanitos piensan que pasada la fase de grupos, lo que sigue es una liguilla a visita recíproca y con la ventaja de la posición en la tabla general. ¿Por qué en vez de prometer un quinto partido, no prometen ganar dos de los tres primeros? Siempre se gana uno, se empata otro y se pierde otro de la tercia. Se fijan metas tan lejanas, pero sobre todo abstractas, que lo urgente, lo inmediato se vuelve irrelevante.

Ricardo Salinas Pliego tiene razón cuando dice "ya les paso los raitngs mañana" acerca del partido que transmitirá TV Azteca al mismo tiempo que un partido de la liguilla. Se habla demasiado de la antidemocracia de la televisora. Se habla demasiado de la democracia: les ha hecho metástasis en la mente, y dolorosamente se las va a carcomer. De la democracia, en este país, no se tiene un concepto sino una idea -que no son lo mismo. La idea es una de las tantas posibles representaciones del concepto. Para el concepto contenedor se tiene la idea de un Tupperware, pero el mundo es un contenedor; también un libro y una cartera. Pero no hay problema, siempre podremos googolear qué es democracia, qué es concepto, qué es idea, qué es googolear y qué es qué. Así las cosas, si pasaran el debate en todos los canales y el partido en radio, el partido tendría más raiting. Se dice mucho del IFE, de TV Azteca, pero nada de la imbecilidad de la población que verá el partido e irá a votar. O que verá el debate y también irá a votar.

"Entonces ¿qué propones?" siempre responde la idiotez de quien tiene idea y no concepto de "solución". Cada quien hace lo que es capaz de hacer. Yo no soy Pedro Reyes: no puedo recolectar 1,500 pistolas en Culiacán, fundirlas y transformarlas en 1,500 palas para sembrar árboles: "transformar un agente de muerte en uno de vida", como dice él mismo. La única habilidad con que cuento es argumentar y contra argumentar; aun cuando ello implique contradecirme -lo que sólo significaría, humorísticamente, que tengo la razón dos veces.

1 comentario:

Two Of Us. dijo...

Y si alguien no lo entendió, y por ende lo descalifica, pues que dios nos ampare, cosa que sigue pasando una y otra vez, y dios sigue sin ampararnos ¿eso que significa? pues que hagan las cuentas. En todo caso la cuestión no es si existe o no dios, si no que va de nuestra cuenta que tan rápido y tan fuerte nos vamos todos al pito, por ineptos, y de eso no tienen la culpa ni dios ni salinas pliego, ni el "gentlemen" de polanco, ni las televisoras, sino nosotros, una vez más, por pendejos.