viernes, 25 de mayo de 2012

¿Y cuando despertemos, el dinosaurio seguirá ahí?

Tiempos de incertidumbre, de un sentimiento aciago, porque hoy menos que nunca está definido algo, lo que lo hace más difícil, porque genera esperanza, en algo que muy probablemente no pasará, y eso solo hará la derrota más dolorosa.
Se siente como la expectativa ante un gran partido, que uno espera ganar a base de corazón y huevos, porque cabe la posibilidad, pero sin muchos argumentos en la cancha. Una derrota anunciada, con un pequeño chance de ganar. Por desgracia en la vida como en el fútbol, no hay justicia, y el que gane, ganara, sin importar como lo hizo, con que métodos o en que circunstancias, y habrá que tolerar.

Me hubiera gustado que esta esperanza hubiera sido un fundamento, que fuera un trabajo más de fondo, un proceso de años atrás, porque desde hace años "ellos" venían trabajando su estrategia, gestando su ascensión, y todos lo vimos pasar, estupefactos. 
Ojala a todos nos hubiera importado así desde que Gobernaban el Edo. de México, ahí estaban los indicadores, desde hace más de 6 años, el autoritarismo y la podredumbre que nunca se fueron, solo se disfrazaron, pero en aquellos entonces no se vio como problema de todos, aunque siempre lo fue. 
Desde que el PRI regreso al poder el Naucalpan, y entre una nube borrosa de fútbol y Viña Real de Sangría en el polvorín yo me lamentaba ya lo que ese día vi, en ese momento y lo que pasó después. Me sobrecogió y horas después las emociones se volcaron para provocar una cambio más en mi historia, aunque lo hubiera cambiado por tener el valor de cambiar una historia más importante que la personal, que no se hubiera quedado en la reflexión de la caminata nocturna, guitarra en hombro, abrumado por el alcohol y la emoción. Ese día me di cuenta de que algo grave estaba por pasar, que ya estaba pasando, y no hice nada. ¿Que podía hacer? tal vez nada de verdad, aunque sigo sin justificar mi displicencia.

De sirve una gran perspectiva si no tiene una utilidad. Me hubiera gustado que alguien hubiera hecho algo en esos entonces. Tal vez el contexto y el momento no hubieran sido los indicados, tal vez lo vertiginoso del momento en que es inminente el choque lo hace adecuado el día de hoy, no lo se, solo me hubiera gustado comprobarlo entonces, cuando aún había tiempo, porque aunque la causa es noble y justa, siento que ahora ya es demasiado tarde. El accionar es inocente y torpe; improvisado, a la carrera y sobre la marcha, en contra una maquinaria bien aceitada, organizada y colmilluda, que si bien se ha visto sorprendida por lo imprevisto de la movilización, tiene tiempo suficiente para recular y contraatacar con todo su aparato y poder, con toda su prepotencia y despotismo burgués de siempre.

Siento que ya es demasiado tarde, aunque aún tengo la sensación de que es posible no perder (que no es lo mismo que ganar) habrá que ver si los huevos y el corazón son suficientes en esta ocasión, de ser así, todavía faltará muchísimo, para empezar, habrá que aprender la lección.

Cabeza fría e inteligencia para aprovechar el momento sería un buen comienzo.



Juan José Lino Fajardo Reyna.
Persona.

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